Ojo con los regalos troyanos!
Acerca del viaje del Secretario de Estado de EEUU Anthony Blinken a Buenos Aires
La llegada de Anthony Blinken a Buenos Aires, documentada con una curiosa foto en el balcón de la Casa Rosada detrás de un rebosante e histriónico Milei –Blinken con cara de azoro, en segundo plano—dejó a muchos lectores de Twitter entusiasmados por la vuelta de la República a occidente y al capitalismo. “Qué placer volver al mundo después de tanto tiempo, se vienen los mejores años para Argentina!!,” comentaba alborozada una lectora sin disimular entusiasmos. Otra cruzó los dedos y pronosticó “Ojalá que pronto podamos estar hablando de un tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Argentina,” pronunció entrecerrando los ojos como una adolescente que sueña una futura boda tras la primera cita.
Mi reacción frente a estos comentarios estaba más alineada con los lectores de izquierda que denunciaban el “cipayismo” del actual gobierno, que con los esperanzados suspiros de los seguidores de La Libertad Avanza. Y no es que no celebro que la Argentina finalmente haya reconocido que los EEUU es un aliado fundamental, sino que sé que con el Diablo no se habla, no se negocia. Blinken es el representante de una administración espúrea, ilegal, que no está en la Argentina para hacer caridad, sino para imponer las políticas globalistas del Foro Económico Mundial, lo mismo que hicieron el Fondo Monetario Interacional y el Banco Central en su momento. En EEUU a Blinken se lo conoce como el arquitecto de Revoluciones de Color en varios países con dudosos lazos diplomáticos (por ejemplo, el golpe de estado en Ucrania en el 2014). Es parte también del grupo corrupto que implementó el fraude electoral en 2020, que instaló al títere de Biden en la presidencia y su administración que ha dado un peligroso giro hacia la izquierda.
No es casual que mañana Javier Milei haga una presentación en Washington DC en el marco del encuentro de CPAC (Conservative Political Action Conference), una de las conferencias más importantes que reúne políticos y pensadores conservadores de todo el mundo. Este año, entre los concurrentes, está Nigel Farage (el instigador de Brexit en el Reino Unido), Viktor Orban, el popular presidente de Hungría, Nayib Bukele el presidente de El Salvador, que logró con éxito dar vuelta el destino de su país, y los más importantes representantes del partido Republicano, con su líder, Donald J. Trump.
Será que Blinken viajó a la Argentina el día anterior a este evento, para hacer un acercamiento desde la izquierda al gobierno de Milei, antes de la inmersión de éste en un foro conservador internacional? Y está Milei jugando a dos puntas, como debutante asediada por diferentes candidatos?
Lo importante es no dejarse engañar por falsos regalos. Nadie va a salvar a la Argentina. El país se salva solo. Como ha expresado Iris Speroni en “La fantasía de la inversión extranjera,” “[n]uestro país va a volver a crecer en serio cuando los argentinos inviertan su dinero.” Y agrega
El secreto para que salgamos adelante no es que Toyota ponga una superplanta (lo que es bienvenido), sino que miles de personas decidan poner cada uno un comercio minorista. Significa compra de stock, remodelaciones, estanterías, luminarias, pintura. Que un productor agropecuario decida hacer aguadas o poner riego, o que el tambero invierta para fabricar queso. Que una cooperativa de té decida comprar barcazas para bajar su producción hasta un puerto exportador.
A lo que @LIBRANOSDMAL en Twitter resume magistralmente, “creen que ‘inversiones’ son los fondos de afuera. [E]l capital nuestro y el laburo que damos no sé cómo lo califican?”
“Argentinos, a las cosas!” Esperemos que Milei esté sólo mostrando el tobillo y no se comprometa apresuradamente a entrar en negociaciones que no van a ser favorables para la Argentina. El trabajo de sacar la economía adelante es interno, como sabiamente apunta Speroni. La ayuda va a llegar en su momento, y por agentes más acordes con la postura del gobierno de Milei. El próximo gobierno de Trump será un socio mucho más beneficioso que ayudará a la Argentina a volver a su grandeza, a “volver a florecer,“—como lo soñó Mirtha Legrand—, y así extender el lema de MAGA: Make Argentina Great Again.
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